Nadie lo sabe: cómo se llaman los «hilitos blancos» de la mandarina y por qué no hay que dejarlos de lado
Pocos saben el nombre de los «hilitos» de la mandarina que, además, al comerlas las dejan de lado sin saber que es una parte de la fruta con muchos beneficios
La mandarina es una fruta muy consumida, aunque no tiene punto medio. O algunas personas la aman u otros la odian. Si eres de los que te gusta, seguro habrás notado al pelarla que tiene unos «hilitos blancos» que nadie conoce su nombre ni que beneficios tiene que estén allí.
No hay nada más lindo ni placentero que cuando llega la época de comer mandarinas al rayo del sol. El plan perfecto para descansar y tomarse unos minutos. Sin embargo, casi de forma inconsciente, muchos se ponen a quitarle partes a esta fruta para solo comer el «relleno» y es casi un error.
Esta parte, se trata de una capa que recubre los gajos de la mandarina y de otros cítricos como la naranja. Aunque su textura resulta molesta al comer, el albedo esconde un verdadero tesoro nutricional porque concentran nutrientes. Por eso, lejos de ser un desecho, estos «hilitos» aportan más fibra, flavonoides y antioxidantes que la pulpa misma.
Cómo se llaman los «hilitos blancos» de la mandarina y qué beneficios tiene
En botánica se llama albedo (o mesocarpio) a la parte esponjosa y fibrosa que recubre los gajos de los cítricos. Popularmente, se les conoce como hilitos blancos de la mandarina.
A diferencia de la pulpa jugosa, el albedo tiene una textura fibrosa y sabor ligeramente amargo. Aunque mucha gente lo quita por costumbre, nutricionistas explican que en realidad no es un desecho, sino la parte más saludable de este tipo de frutas.
El albedo está compuesto sobre todo por fibras solubles y polisacáridos (como la pectina), además de vitaminas y minerales. Contiene pectina, una fibra soluble que mejora el tránsito intestinal y ayuda a reducir el colesterol LDL en sangre. También aporta flavonoides antioxidantes como la hesperidina y la naringenina, potentes compuestos que protegen las células del daño oxidativo.
Principales beneficios para la salud
De acuerdo con un blog especializado, las personas que consumen el calcio, magnesio y potasio de la mandarina tienden a tener una mayor densidad mineral en los huesos. Por ello, sus huesos son más fuertes y menos propensos a fracturarse.
Bien, ahora respecto a esos «hilitos» que nadie quiere comer, los flavonoides del albedo son potentes antioxidantes que ayudan a combatir el estrés oxidativo y la inflamación. Por lo general, estos compuestos pueden proteger la salud cardiovascular y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. También aporta fibra soluble en abundancia.
Esta fibra mejora la digestión, previene el estreñimiento y alarga la sensación de saciedad. Asimismo, colabora en el control de los niveles de azúcar en sangre, ya que ralentiza la absorción de glucosa. Gracias a la pectina y los polifenoles que contiene, el albedo ayuda a disminuir el colesterol “malo” (LDL).
Además de fibra y flavonoides, estas hebras aportan vitamina C, potasio y magnesio. Estos micronutrientes refuerzan el sistema inmune, colaboran en la síntesis de colágeno (salud de la piel y vasos) y ayudan a regular la presión arterial. En conjunto, comer el albedo contribuye a prevenir el envejecimiento celular y fortalece la salud cardiovascular.


