Del arroz al Pacú: una pyme chaqueña que exporta pescado a Estados Unidos
San Carlos SRL, una empresa familiar radicada en el departamento Bermejo, desarrolló un sistema productivo innovador que combina arroz y piscicultura. Con su marca “Pacú Teko”, exportan desde el Chaco hacia uno de los mercados más exigentes del mundo.
En un rincón del Chaco, alejado de los principales centros productivos del país, una familia de productores agropecuarios supo reconvertir una actividad tradicional en una apuesta innovadora que hoy tiene impacto internacional. Se trata de San Carlos SRL, firma familiar con sede en la zona de La Leonesa, que lleva adelante el proyecto Pacú Teko, el primero en exportar pacú desde Argentina a Estados Unidos.
El protagonista de esta historia es el ingeniero agrónomo Marcos Meichtry, nieto e hijo de productores arroceros que llegaron al norte chaqueño en 1978, impulsados por la posibilidad de desarrollar ese cultivo en los terrenos bajos y anegadizos del departamento Bermejo.
De la tradición arrocera a la innovación acuícola
“El arroz fue un cultivo que marcó a toda esta zona del Chaco, especialmente La Leonesa, Vedia y alrededores”, recuerda Meichtry. Pero ese cultivo no vino solo: al inundar los campos para sembrar arroz, comenzaron a proliferar especies de peces nativos, entre ellos el Piaractus mesopotamicus, conocido popularmente como pacú o “chanchito de río”.
En 2010, la familia Meichtry decidió ir un paso más allá y construir estanques de piscicultura en los bordes de las arroceras. La primera intención era ambiental: demostrar a la comunidad que la producción agrícola podía convivir con el ecosistema acuático sin generar perjuicios. Pero lo que comenzó como un pequeño experimento terminó transformando por completo el perfil productivo de la empresa.
“Vimos que el pacú se adaptaba muy bien, que completaba su ciclo sin problemas y que tenía un enorme potencial como carne de calidad”, explica Meichtry. Fue entonces cuando decidieron avanzar en un proyecto más ambicioso: dejar de producir arroz de forma convencional en algunos lotes y destinar esas superficies enteramente a la cría de peces.
Hoy, San Carlos SRL cuenta con unas 700 hectáreas dedicadas a la piscicultura.
Un sistema productivo sustentable e integrado
El verdadero diferencial del emprendimiento está en el sistema combinado arroz-pacú. Los estanques utilizados para la cría de peces se reutilizan luego para sembrar arroz pre germinado, siguiendo una técnica inspirada en experiencias similares de Brasil.
“El pacú cumple un doble papel: limpia el estanque de malezas y plagas como caracoles, que suelen ser un problema para el arroz, y fertiliza naturalmente el agua. Después, al sembrar arroz, se logra una producción con menos uso de agroquímicos y fertilizantes industriales”, explica Meichtry. Además, los restos del cultivo de arroz sirven luego como alimento para las nuevas camadas de peces.
Se trata de un sistema circular y eficiente, en el que ambas producciones se benefician mutuamente. El pacú, a su vez, es una de las carnes más eficientes en la conversión de alimento en proteína, lo que refuerza su valor productivo.
Desde el nacimiento hasta la faena, un pacú puede alcanzar un peso de entre 1,2 y 1,5 kilos en aproximadamente 18 meses, con el único limitante del invierno, ya que el pez es poco tolerante al frío.
El salto a Estados Unidos: un mercado exigente
El gran salto de Pacú Teko llegó en abril de 2024, cuando exportaron 7 toneladas de pacú congelado hacia Los Ángeles, Estados Unidos, a través de un contenedor refrigerado. El destino fue un distribuidor especializado en gastronomía, dedicado a restaurantes y comercios de pescado fresco.
La concreción de esta operación fue posible gracias a la infraestructura desarrollada en 2013, cuando San Carlos SRL construyó su propio frigorífico diseñado especialmente para la faena de pescado. “Siempre tuvimos en mente exportar, pero sabíamos que no sería fácil. Estados Unidos es uno de los mercados más exigentes del mundo en materia sanitaria”, sostuvo Meichtry.
Las visitas de los importadores, la certificación de SENASA y los controles sanitarios fueron parte del proceso. Además, recientemente se logró otro hito: concretaron la primera exportación aérea de pescado desde el aeropuerto de Rosario hacia EE.UU., una vía clave para enviar pequeñas muestras frescas.
“Antes teníamos que trasladarnos a Ezeiza con conservadoras, hacer trámites larguísimos y costosos. Ahora, con Rosario habilitado, podemos competir mejor y abrir nuevas oportunidades”, relató el empresario.
Proyección internacional y logística
Aunque Estados Unidos es hoy el principal mercado externo, San Carlos SRL mantiene conversaciones con empresas importadoras de Uruguay, Chile y España, lo que podría abrir nuevos destinos para el pacú chaqueño.
Respecto a la logística, Meichtry observa con interés los anuncios del Gobierno Nacional sobre el desarrollo de la Hidrovía Paraná-Paraguay. “Si se logra poner en marcha con eficiencia, eso podría revolucionar la logística para todo el Chaco. Para el pescado en particular es más complejo, porque necesitás contenedores refrigerados y movimiento habitual de ese tipo de carga, pero sería una gran ventaja para otras producciones de la región”, sostuvo.
El impacto no es solo económico. La firma genera empleo local en una zona históricamente relegada del desarrollo agrícola tradicional debido a sus suelos bajos y anegadizos. “No hay soja, no hay maíz, no hay algodón en esta parte del Chaco. Pero el arroz y el pacú se adaptan bien. Es nuestra forma de aportar a que esta zona crezca”, afirmó Meichtry.
Una producción sustentable con identidad chaqueña
Para Marcos Meichtry, el desafío es doble: sostener el perfil sustentable del emprendimiento y, al mismo tiempo, conquistar mercados internacionales. “Nosotros le decimos ‘nuestro chanchito de río’ porque es parte de nuestra cultura, de nuestros ríos, de nuestra gastronomía. Ahora queremos que el mundo lo conozca”, concluyó.
La historia de Pacú Teko es, en definitiva, la historia de una familia chaqueña que convirtió un cultivo tradicional en una innovación productiva, generando empleo y abriendo puertas en el mercado global.
El pacú chaqueño ya es un producto con sello propio. Y desde el corazón del departamento Bermejo, sueñan con seguir llevando el sabor del río al mundo.

