Ituzaingó: Donde la historia, la cultura y la belleza natural tejen una identidad única, a la vera del Paraná
A orillas del río Paraná, con sus 25 kilómetros de maravillosas playas, Ituzaingó se erige como un testimonio vivo de la convivencia entre siglos de historia, una rica herencia cultural y la majestuosidad de la naturaleza. Esta localidad, que se define a sí misma como una comunidad de frontera en permanente transformación, ha forjado una identidad única donde el pasado guaraní y jesuítico dialoga con las transformaciones modernas impulsadas por el proyecto hidroeléctrico Yacyretá.
La memoria ituzaingueña es un mosaico de influencias. Sus raíces se hunden en la tradición guaraní, palpable en creencias, danzas, música y tradiciones que permean el espíritu local, y en la herencia jesuítica, visible en sus casas antiguas, calles y patios de arena. Esta sociedad mestiza mantiene marcadas creencias, donde la fe católica en Dios, los santos y las vírgenes coexiste con mitos ancestrales y la magia del payé. Este legado se revive en los bailes, el chamamé que llena el aire y en la tradición ganadera de sus estancias.
Ituzaingó se comprende a sí misma como una comunidad emergente, protagonista de una nueva correntinidad. Un proceso clave en esta evolución ha sido la creación de su Marca Ciudad, un proyecto colectivo que refleja el compromiso de los vecinos por construir una ciudad próspera desde lo social, cultural, ambiental y humano. Este símbolo representa visualmente el amanecer y el atardecer que pintan el horizonte sobre el río Paraná, en una armonía de amarillos, naranjas y rojos con los verdes de la naturaleza y el azul del agua. Más que un logotipo, la marca es un reflejo del orgullo local por sus riquezas naturales y un emblema de progreso que posiciona a la ciudad para nuevas oportunidades de desarrollo.
El entorno natural de Ituzaingó es, sin duda, uno de sus pilares fundamentales. A orillas del majestuoso Río Paraná, la ciudad ofrece 25 kilómetros de playas de finas arenas y aguas cristalinas, enmarcadas por imponentes barrancas que cautivan a visitantes y locales. Este paisaje se transforma en un espectáculo al atardecer, cuando el sol pinta sobre el río reflejos dorados y anaranjados. Pasear por estas costas, ya sea a pie o en bicicleta, ofrece una conexión única con el entorno.
Además, Ituzaingó es la puerta de acceso a uno de los humedales más emblemáticos del mundo: los Esteros del Iberá. Este ecosistema, reconocido internacionalmente por su valor ecológico, alberga una biodiversidad incomparable, completando la oferta de un paraíso natural preparado para el turismo regional, nacional e internacional.
Ituzaingó invita a ser descubierta. Es un destino donde la serenidad de los paisajes, la calidez de su gente, la profundidad de su historia y la riqueza de su entorno natural se combinan para ofrecer una experiencia inolvidable, consolidándose como el rincón donde Corrientes se convierte en paraíso.
