Gloria Romero volvió a Chaco para enfrentar el juicio por el femicidio de su hija
Tras dos años de exilio en El Bolsón, la madre de Cecilia Strzyzowski regresó a Resistencia bajo custodia para declarar como la primera testigo en el juicio contra el clan Sena. Llega con una convicción firme: “Sin perpetua no hay justicia”.
En medio de un operativo de seguridad y bajo un fuerte clima emocional, Gloria Romero regresó esta mañana a Chaco después de dos años de haberse marchado a El Bolsón, en busca de paz y resguardo. Lo hizo acompañada por su hija Ángela, también bajo custodia, y será la primera testigo en declarar en el juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, que se iniciará esta semana en el Centro de Convenciones Gala.
La madre de Cecilia fue recibida en el aeropuerto por efectivos de Gendarmería y por ciudadanos que se acercaron a expresarle apoyo. “Fuerza, Gloria”, le dijeron entre abrazos y lágrimas, antes de escoltarla hacia el hotel donde permanecerá alojada durante las audiencias.
El retorno de Romero no solo marca un nuevo capítulo judicial, sino también un regreso al dolor. La mujer confesó que vuelve “reviviendo todo en carne viva” y que no podrá hospedarse en la casa familiar por los recuerdos y objetos que aún pertenecen a su hija. Su acompañamiento emocional será clave: Ángela decidió volver con ella al norte tras haberla alejado el año pasado para protegerla del hostigamiento en redes sociales.
Gloria, Mercedes —la tía abuela de Cecilia— y Ángela cuentan con custodia permanente debido a las amenazas recibidas desde el entorno de los acusados. Aun así, la madre de la joven sostiene su convicción intacta: “No hay arrepentimiento. Sin perpetua no hay justicia”.
El juicio por jurados prevé la declaración de 53 testigos y tendrá como principales imputados a César Sena —acusado como autor del crimen— y a sus padres, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, como partícipes primarios.
Más allá de los tribunales, Gloria insiste en algo que trasciende la causa: que la sociedad recuerde a su hija como un símbolo de luz y empatía. “Cecilia es nuestro ángel protector”, suele decir.
